Ante el aumento de eventos extremos, WWF Perú impulsa soluciones basadas en la naturaleza y adaptación comunitaria.
Aunque el cambio climático ha sido advertido por décadas, hoy sus impactos son más frecuentes e intensos, con efectos como sequías, incendios, inundaciones y pérdida de biodiversidad. El cambio climático no solo afecta a las personas, también pone en riesgo la supervivencia de la vida silvestre.
“Los cambios extremos en la temperatura y las precipitaciones reducen la disponibilidad de recursos vitales, intensifican la competencia entre especies y generan mayores tensiones entre las comunidades humanas y la fauna”, advierte Juriko Rupay, oficial asociada del Programa Vida Silvestre de WWF Perú.
Como consecuencia de todo ello, aumenta también el riesgo de conflictos, “amenazando tanto la biodiversidad como los medios de vida locales”, añade Rupay.
En solo 30 años, la Cordillera Blanca perdió el 40.5?% de su cobertura glaciar y El Niño Costero de 2017 generó pérdidas equivalentes al 1.5?% del PBI nacional.
“Estos impactos negativos repercuten directamente sobre la salud de las personas, la capacidad de cultivar alimentos, los recursos hídricos, la biodiversidad y la integridad de los ecosistemas”, observa WWW Perú.

A nivel global se ha reportado que el cambio climático ha reducido la seguridad alimentaria y la seguridad hídrica debido a cambios en los patrones de precipitación y a la mayor frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos.
Prácticas resilientes
En este contexto, es importante señalar que los efectos del cambio climático no afectan a todos en la misma medida, ni son percibidos con la misma intensidad, pues algunos sistemas son más vulnerables.
“Por tal motivo, resulta crucial realizar ajustes en los sistemas ecológicos, sociales y económicos para dar respuesta a las consecuencias actuales o futuras del cambio climático. Esto permitirá moderar los daños potenciales o crear beneficios a partir de las oportunidades que puedan generarse”, explica la institución.
“En WWF Perú, trabajamos iniciativas con un enfoque de adaptación frente al cambio climático que contribuya a las comunidades y a la conservación de la biodiversidad”, señala Aimée Leslie, directora de Conservación de la entidad.
“Nuestro objetivo –continúa– es apoyar a las comunidades para que se preparen y respondan adecuadamente a los impactos de estas variaciones climáticas”.
En Madre de Dios, por ejemplo, colaboramos con 250 familias ganaderas para fortalecer su actividad con prácticas más resilientes que restauren los suelos y que promuevan la coexistencia con la fauna silvestre, lo cual cobra especial relevancia en el contexto de los crecientes incendios en la región, agrega Aimée Leslie.
En San Martín
Otra de las intervenciones que suman esfuerzos en materia de adaptación climática está ubicada en la región San Martín, donde se realizan esfuerzos clave de adaptación al cambio climático mediante el diseño de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (Merese).
Uno de ellos promueve la conservación del paisaje del lago Sauce, involucrando a propietarios de tierras en acciones como sistemas agroforestales, reforestación y limpieza de quebradas.
Otro Merese busca asegurar el abastecimiento de agua para cerca de 200,000 habitantes de Tarapoto, mediante la conservación de las cuencas Shilcayo y Cachiyacu en el Área de Conservación Regional Cordillera Escalera, e incluye actividades económicas sostenibles y fortalecimiento de capacidades locales.
“Trabajamos para integrar la adaptación al cambio climático en todas nuestras iniciativas, desde la formulación de propuestas para acceder a financiamiento, hasta la ejecución de acciones concretas en territorio”, dice Paula Quilcate, oficial de Adaptación y Proyectos de Financiamiento Sostenible de WWF Perú.
“Estamos comprometidos con que las poblaciones indígenas y comunidades locales tengan cada vez más herramientas para hacer frente a los impactos del cambio climático, y de la misma manera trabajamos por que la biodiversidad pueda fortalecer y mejorar su resiliencia”, enfatiza. Quilcate. (Fuente: Agencia de Noticias Andina).